Tal vez fue lava lo nuestro aquel día
cuando al viejo volcán volvió la erupción
tronaba con fuerza, lloraba, reía
intentando agitar una nueva ilusión.
Se vieron desnudos tu cuerpo y el mío
y el vicio de amar nació con razón
sucumbió la tristeza también el hastío
pariendo implacable una nueva pasión.
Quizá la azorada visión de la vida
castigó aquellas horas y no pudo ser
dejando una huella de pasos perdida.
El tiempo inexorable paso sin saber
que un hilo de luz yacía con vida
que de nuevo el amor volvería a nacer.
Autor: Hugo F M Otero
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