La desgracia se mudó con el problema pidiéndole a la solución una respuesta y la pregunta se queda callada para que de alguna forma la respuesta le dé mucho que pensar.
El pensamiento se apodera del corazón de la respuesta y de la solución para cuando la pregunta se decida que la respuesta es su mejor compañera.
Aunque a veces se les olvide compartir lo que la consecuencia ni el tiempo se toma con la solución y de pedirle a la respuesta que se tome en serio su relación con la pregunta y aunque ustedes no lo crean hacen una bella pareja como la de la solución y la consecuencia.
Autor: Honey Mielecita martinez
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