Cuando se habla de Amor no es precisamente de esa hermosa sensación de arrobamiento apasionado que une a esposos y amantes. De hecho si confundes Amor con Pasión sufrirás eternamente. Ya que vivir exclusivamente en la pasión limita solo a la atracción física, generalmente tan placentera como pasajera.
El amor es el primer aspecto de Dios, la fuerza más potente de todas las fuerzas y la más sensible. Se puede expresar el Amor teniendo buena voluntad, tolerancia, desapego, el Amor no es simplemente sentir, es compartir y es tener buen humor. Además el Amor libera porque él te da la facultad de perdonar, liberándote así del resentimiento y del odio.
Pero el exceso de Amor conlleva a sentir egoísmo, celos que no es nada más que posesión, (sin embargo el exceso de emotividad, como todo exceso, hace daño). Cuando se Ama se busca el bien y la belleza en todo, exactamente como lo hizo el Maestro Jesús, cuando yendo por un camino con los apóstoles se encontraron con el cadáver de un perro en estado de descomposición. Los apóstoles se cubrieron la nariz y los ojos, se remangaron las batas para no contaminarse. El Maestro Jesús miró los restos del animalito y comentó: “Ni las perlas son tan blancas como sus dientes” (sin siquiera poner la atención en la imperfección).
EL DESAPEGO: No es desamor, no es abandono, por el contrario es un acto de Amor, el Maestro Jesús habló del desapego en (Lucas 18,29) y en (Mateo 19,21). Sin embargo algunas personas se dedican en sus vidas a acaparar pertenencias y afectos; tomando posesión de bienes y personas. Detrás de esta posesividad, se anidan generalmente el temor y la desconfianza, ambas contrarias al Amor Divino. El Amor Incondicional se desarrolla con el desapego. No es “querer” sino “Amar”. El decir “Yo te quiero”, expresa pertenencia, sentido de propiedad, control, por la tanto apego. El Amor va más allá no tiene fronteras, es impersonal, es por el bien y la felicidad del otro, no por el propio bienestar. Por tanto acostumbrémonos a decir “Yo te Amo”.
ETERNO PRESENTE
No se debe traer el pasado al presente, tanto si es afortunado como infeliz. Hay que olvidar las cosas que se fueron y, si viene a la mente, decir: “ESO YA PASÓ Y NO ME INTERESA REVIVIRLO“.
Además, aquella persona que vive en el pasado se estanca, no avanza nada. Cuando se trata de un recuerdo muy dichoso, viene la euforia, la alegría; pero luego hay tristeza por haber perdido aquello tan maravilloso que tuvimos tiempo atrás.
No disfrutan de la vida y tienen una posición mental pesimista. Tanto el vivir en el pasado como el proyectar la mente hacia el futuro ocasiona mucha infelicidad, porque el pasado se fue, no existe ya y el mañana no ha llegado aún. Todo cuanto una persona tiene es el día de hoy. El día de hoy contiene las oportunidades que precisamos. En este eterno ahora, está todo en potencia. Quien trabaja en el Eterno Presente controla su porvenir.
Si tienes apuro de dinero, realiza el Eterno Presente, Di: “GRACIAS PADRE, PORQUE HOY TODO ESTÁ CUBIERTO“. Mañana, vuelve a repetir esto mismo con fe, pues mañana es otra vez hoy. Así, seguirá siempre en el infinito tiempo de Dios. Todos los tratamientos metafísicos deben hacerse en presente. “HOY TENGO SALUD Y TODO EL DINERO QUE PRECISO“. “HOY DISFRUTO DE LA VIDA“, Y no pensar las cosas en tiempo futuro.
Autor: Any Carmela